Vivimos en la era de la información, todos tenemos en la cabeza la idea de que "sin no aparece en Internet, es que no existe", y aún así mucha gente que podría calificarse como paletos tecnológicos (sin querer ofender a nadie) siguen cuestionando la importancia de la presencia web y de tener una web corporativa real. ¿Irónico? para nada, porque también vivos en la era de la desinformación, de los bulos, de los nuevos mitos, de los cuñados online, del compartir fake news, y de creernos todo lo que nos dicen a través de una pantalla. Y lo peor es que al 75% de la gente todo eso le importa un rábano, porque en su red social le han dado el título del listo entre los listos.
Pues que últimamente he oído y presenciado uno de los mayores errores comerciales del último siglo: no necesito una página web, ya tengo una página de Facebook que encima es gratis. (inserten risas enlatas al estilo sitcom).
Básicamente es una plantilla proporcionada por una empresa que se beneficia de las visitas provocadas por tu contenido. Realmente no es más que un miniblog al que le puedes añadir una imagen de cabecera e información de contacto, poco más. No es una página web corporativa, es penalizada por los algoritmos de Google y de los demás buscadores de internet, el 70% de las vistas son tus propios contactos (gente que ya te conoce y a la que no necesitas anunciarte), está limitada a usuarios de la propia red social.
Puede que se trate de la red social con más usuarios, unos 2000 usuarios activos cada mes, el problema es que el 30% de esas cuentas son cuentas fakes (bots o cuentas secundarias) por lo que de usuarios reales activos cada mes serán aproximadamente unos 1200, y eso no llega a ser ni el 35% de los usuarios de Internet.
Para que quede claro, una página de Facebook no es más efectiva que un flyer pinchado en el tablón de anuncios de un club privado.
Básicamente, todo. Una página web es tu escaparate online, es la primera y posiblemente la única impresión que le vas a poder dar a un posible cliente. Tu página web tiene que ser profesional, llamativa, atractiva y original; y lo más importante de todo: fácil de encontrar. Esto solamente lo vas a obtener cuando tienes tu propia página web corporativa.
Ponte por un momento en el lugar del cliente, realmente lo haces cada vez que buscas contenidos, productos o servicios en Internet:
Piensa en la última vez que buscaste un producto o un servicio en Google y entraste en un enlace a una página de Facebook. Hace mucho ¿verdad?¿tal vez nunca?¿por qué ocurre eso? Es fácil, sabes que si se anuncia en Facebook y sólo en Facebook es porque se trata de un hotel cutre, y seguramente sus servicios e instalaciones también lo sean. Cuando buscas un servicio, un producto o un hotel en Google, vas a elegir aquellos que tengan páginas profesionales, esas que tienen una imagen corporativa atractiva y actualizada, con su propio dominio, diseñadas a medida del negocio, con un correo electrónico que no acabe en hotmail o yahoo, y que no parezca que han robado las fotos de cualquier otra página de internet. Porque son las que dan confianza. Tu lo sabes, y Google lo sabe, por eso nunca son las primeras en ser mostradas.
Tus clientes hacen exactamente lo mismo cuando buscan un servicio que tu empresa ofrece: al final eligen otra empresa porque tú no tienes una web que aporte confianza y profesionalidad.
Donde preferirías comer, en un restaurante o un bar que se vea limpio, con camareros profesionales y educados y un buen servicio, o en la cochera cutre de alguien, en una mesa de camping sentado en un barril de cerveza y con quien que dice ser cocinero a pesar de que usa una bombona de camping gas. Pues esa es la diferencia de tener una página web corporativa desarrollada por un profesional a tener una "página de Facebook gratuita".
Vuelve a pensarlo, ¿sigues creyendo que tu negocio no necesita una página web de verdad?
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